LA DIGNIDAD

Un día Diógenes estaba comiendo un plato de lentejas en el patio de su casa, y no había otro alimento. Lo más barato en Atenas era la lenteja, y estaba comiendo las lentejas porque se encontraba en una situación de precariedad económica. Derepente pasa por ahi el filósofo Arístipos de Cirene, quien era un filósofo muy acomodado en las altas esferas y que vivía muy bien a base de adular al rey,y le dijo: Si aprendieres a ser sumiso al rey, no tendrías que comer estas pobres lentejas, inmediatamente le replico Diógenes: " Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey " Todos necesitamos la aprobación de los demás, pero sin dejar de ser nosotros mismos, nuestro autorespeto comieza por defender nuestra dignidad, por encima de nuestra necesidad de aprobación.