EL RECONOCIMIENTO

Un anciano fue muy temprano a un  Hospital para hacerse curar una herida en la mano. Y le dijo al médico que lo curara rápido si podía, porque tenía prisa,  el médico le preguntó: ¿Porque tienes tanta urgencia buen hombre?
El anciano le respondió: que tenía que ir al Asilo de ancianos para desayunar con su mujer, que vivía allí. Ella llevaba algún tiempo en el Asilo y tenía el mal del  Alzheimer muy avanzado. El Doctor mientras le acababa de vendar la herida, le preguntó: ¿Su mujer se alarmaría en caso de que llegaras tarde esta mañana ¿
—No —le respondió el anciano—. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Preguntó el médico: ¿Entonces  si ya no sabe quién es Usted, por qué esa necesidad urgente de estar con ella todas las mañanas?
El anciano sonrió y dijo:

Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella.